martes, 12 de abril de 2011

CON LOS BOMBEROS

El 28 de Marzo visitamos las instalaciones del Servicio de Bomberos de Castro Urdiales. Aprendimos muchas cosas  interesantes sobre su trabajo.

lunes, 11 de abril de 2011

SEMANA DEL LIBRO

Este año hemos tenido que adelantar la conmemoración de la Semana del Libro ya que el 23 de abril nos pilla en vacaciones de Semana Santa. Hemos querido dedicarla al tema de la Coeducación. El cartel que elaboramos con las aportaciones de todos los cursos se titula Mujeres en la Literatura ha sido diseñado por las profesoras Raquel y Sara y está expuesto en el vestíbulo del colegio.
Nuestro curso ha colaborado con la autora que estamos trabajando en clase a lo largo de la semana: Ana María Matute. Hemos incluido su foto, una breve biografía y un fragmento de su novela Aranmanoth.
ANA  MARÍA  MATUTE

         Novelista española, nació en Barcelona en 1925. Trabaja como profesora de universidad y viaja a muchas ciudades para dar conferencias.
         Ha obtenido diversos premios , como el Miguel de Cervantes, el Premio Nacional de las letras españolas y otros muchos más.
         Es  miembro de la  Real  Academia Española de la Lengua desde  1998.

      
    Nunca antes Aranmanoth había penetrado en el profundo y oscuro corazón del bosque. No sabía por qué razón, en sus múltiples escapadas, nunca había llegado hasta allí, y ahora contemplaba extasiado, a través de una oscuridad cada vez más reconfortante, la grandeza de los árboles y sus casi imperceptibles balanceos como si danzaran sólo para él en un secreto vaivén de bienvenida. Se preguntó cómo era posible que él, una criatura surgida del bosque, no se hubiera adentrado en su mayor y más profundo secreto: el secreto de la noche entre los árboles. Ciertamente –pensaba Aranmanoth-, nadie se lo había prohibido nunca excepto –y ahora lo descubría- su propia ignorancia. La ignorancia alza barreras, prohíbe y ciega.

Fragmento de la novela  Aranmanoth”


El lunes 11 hemos participado en un taller literario dirigido por "Mundanal Ruido" en el que  hemos aprendido que:
  • Las cosas no se  hacen solas.
  • Las madres hacen mucho por nosotros/as.
  • Hay que colaborar en las tareas.
  • De los errores se aprende.
  •  
  • Los libros que tienen muchas ilustraciones y poco texto se llaman álbunes ilustrados.







Después hemos seleccionado una serie de títulos y tras leerlos en grupos de tres hemos decidido para que edad son adecuados. Vamos a ir a infantil y primer ciclo a leérselos el próximo lunes a las 10:30.
Éstos son los libros elegidos y el curso al que se lo vamos a leer:
  • ¿Qué haré cuando sea mayor? Infantil 3 años
  • Me gusta ensuciarme               Infantil 4 años
  • La nube de Martín                   Infantil 5 años
  • El secreto de osito                   1º de Primaria
  • Soy un dragón                          2º de Primaria
Y también uno de los grupos va a leer en nuestra clase Sonatina, un libro ilustrado con texto de Rubén Darío.

Leemos fragmentos de la novela Aranmanoth
Como tarea para casa los chicos y chicas han leído varios fragmentos de la mencionada novela de Ana Mª Matute y han expresado lo que les sugerían. A continuación se reproducen los fragmentos seleccionados (en azul) y lo que han dicho los alumnos/as (en negro).
Fragmento 1
       A veces, alguna anciana, hilando en su rueca, decía:
      -Orso era un niño hermoso, bueno y tocado por las criaturas del bosque. Me acuerdo de sus cabellos castaños, casi dorados, y de sus ojos dulces como el mosto: tenían su color. Pero el tiempo le ha vuelto oscuro y fiero, y poco recuerda a aquel niño que, algunas veces, venía a pedirme que le contara la leyenda del hada del Manantial. Ahora es el Señor de Lines y apenas se diferencia de su padre. También he visto el látigo en su mano y he oído su restallar. Y me pregunto: ¿adónde se fue ese niño que yo conocía y que, sin embargo, no ha muerto, ni está eb ninguna parte?, ¿qué ha sido de él? ¡Ay, la vida es una larga pregunta que nadie sabe contestar!
      Aquellas criaturas del bosque a las que aludían las viejas hilanderas habían abandonado, al parecer, al joven Señor de Lines.
  • Las personas cambian.
  • Al crecer ya no somos tan inocentes como de pequeños.


Fragmento 2
        Entonces vio a un hombre viejo. Tenía el aspecto de un campesino y llevaba de la mano a un niño. El anciano le dijo:
       -Señor de Lines, éste es tu hijo: Aranmanoth, Mes de las Espigas.
       Y, apenas lo hubo dicho, el viejo desapareció, como si nunca hubiera estado allí. Sin embargo, el niño permanecía quieto, mirando a Orso tan intensamente que éste no pudo sino apartar sus ojos de él.
      El niño tendría unos diez u once años. Era alto, delgado y tan rubio que parecía contener toda la luz de agosto.
      Entonces Orso se inclinó hacia él y le dijo:
      -¿Qué es lo que ese hombre ha dicho? ¿Quién eres y por qué estás aquí? – porque Orso había olvidado, como bien anunció el hada, lo que años atrás había sucedido en el Manantial.
       El niño sonrió, y jamás Orso recordó, en todos los años de su vida, una sonrisa parecida: ni alegre ni triste, algo parecido a un despertar. Y, por primera vez, oyó su voz:
       -Yo soy tu hijo Aranmanoth, Mes de las Espigas.
       -¿Mi hijo? –casi gritó Orso-. Yo no tengo hijos.
       -Soy Aranmanoth, Mes de las Espigas. Tu hijo.
       Entonces el antiguo rumor regresó y Orso recuperó en su memoria la voz del Manantial, las palabras el hada y su presencia incorpórea en el bosque. Se arrodilló ante el niño, le abrazó, y le dijo:
        -Hijo mío –entre asombrado y temeroso-, hijo mío.
        Y, como todos los padres del mundo, no supo decir nada más.

  • Un padre pase lo que pase nunca olvida a su hijo o hija.
  • Hay grandes sorpresas en la vida que no nos esperamos.

Fragmento 3
          Nunca antes Aranmanoth había penetrado en el profundo y oscuro corazón del bosque. No sabía por qué razón, en sus múltiples escapadas, nunca había llegado hasta allí, y ahora contemplaba extasiado, a través de una oscuridad cada vez más reconfortante, la grandeza de los árboles y sus casi imperceptibles balanceos como si danzaran sólo para él en un secreto vaivén de bienvenida. Se preguntó cómo era posible que él, una criatura surgida del bosque, no se hubiera adentrado en su mayor y más profundo secreto: el secreto de la noche entre los árboles. Ciertamente –pensaba Aranmanoth-, nadie se lo había prohibido nunca excepto –y ahora lo descubría- su propia ignorancia. La ignorancia alza barreras, prohíbe y ciega.
  • La ignorancia no nos deja hacer cosas.
  • La ignorancia nos ciega.
  • No querer saber cosas te impide tener conocimientos.
  • A veces la ignorancia te hace pasar de cosas que igual te gustarían.
  • La ignorancia hace que las personas no miren dentro de su corazón y es como si te volviera ciego a todo.

Fragmento 4
         Desde la noche en que Aranmanoth fue entregado al mundo de los hombres, el niño no había vuelto a ver ni a oír a su madre. Y, a veces, en las largas noches invernales, cuando el lobo aullaba y la nieve despertaba el gran silencio de los bosques, Aranmanoth lloraba en su pequeño lecho junto a Orso, como cualquier niño que ha perdido a su madre.
         Aranmanoth había heredado de los humanos le gran curiosidad, el deseo incontenible de desentrañar cuanto le rodeaba y parecía no tener explicación. Y así fue como su necesidad de saber y conocer todo aquello que no sabía ni conocía le empujó al bosque aquel día. La desazón que albergaba en su corazón se parecía a la rabia, una rabia que nadie, excepto él, podía albergar.

  • Un niño por muy hombre que sea siempre necesita a su madre.
  • Cuando se tiene rabia puede ser por algo que te sucedió en el pasado.
  • Cuando no tienes a tu madre guardas mucha rabia en tu interior porque no te cuida, no te da besos y por eso también tienes pena.
  • Los humanos siempre hemos querido saber todo lo que nos rodea.
  • A pesar de estar solo y de que le hubieran quitado del lado de su madre, el niño, por su gran curiosidad, tenía ganas de avanzar hacia adelante y vencer sus miedos.
Fragmento 5
         -¿Ves las hojas de los árboles? –continuó Aranmanoth-. Míralas despacio y luego cierra los ojos. Cada hoja es una palabra, y cada palabra corresponde a un color. Son palabras que no están escritas en ninguna parte, ni siquiera en los libros que guardan los monasterios. Todas las palabras juntas, todos los colores unidos, forman el arco iris. Será nuestro secreto.
          Aranmanoth rodeó con sus brazos los hombros de Windumanoth, y juntos –abriendo y cerrando los ojos- fueron desvelando palabras y colores. Reconocieron el color morado de la palabra ira, y el gris del odio, o de la envidia, y el ácido limón del deseo.

  • Cada sentimiento puedes relacionarlo con un color.
  • Si nos fijamos bien en las cosas, podemos descubrir mucho.
  • La magia y el conocimiento nos rodean aunque no lo veamos.
  • No sólo existe lo que vemos.

Fragmento 6
-He tenido cinco hijos varones, y no me quejo de ellos, pues otros conozco mucho peores. El que más o el que menos es robusto, aceptablemente valiente y moderadamente insensato. Pero he tenido tres hija, y ellas, mal que me pese y no sea bien visto, lo cierto es que ganaron mi corazón. La mayor, mi queridísima Liliana –y aquí una lágrima inoportuna y delatora asomó a su ojo derecho, aunque no llegó a fluir- era alegre, robusta y llena de energía. Acaso un poquito excesiva, tanto en carácter como en temperamento, pero jamás hubo otra muchacha más llena de vida en toda la tierra que alcancen mis ojos. ¡Ah, sí, mi hija Liliana hubiera podido ser el mejor de mis caballeros…! Pero nació mujer y hubo que reprimir sus dotes, su fuerza y su inteligencia. Despertaba temor entre sus posibles pretendientes puesto que no era una doncella como las que estaban acostumbrados a tratar. Sin embargo, un día, el conde de Nores, un jovem respetado y honrado, la vio y se prendó de ella. No era mal partido, y más aún teniendo en cuenta la escasa dote de Liliana, así que la casé con él. Sé que tu hermana lloró durante toda aquella noche en que le comuniqué mi decisión, pero creo que ésa fue la última vez que lo hizo. Y yo también he llorado a veces, porque, al salir de cacería por nuestras tierras, echo de menos su alta e imponente silueta en lo alto del torreón diciéndonos adiós y deseándonos suerte. Y en cuanto a Sira, mi segunda hija, poco futuro le aguardaba. Además de menuda y poco agraciada, había aprendido a leer y a escribir, y esto la convertía en una contestona bastante irascible y molesta. Nunca hubiera podido casarla correctamente, así que decidí ingresarla en el convento de las Damas Grises, donde, a buen seguro, llegará a convertirse en abadesa con el tiempo. Y ahora te toca a ti, mi preciosa hijita, la más querida. Dicen las malas lenguas que eres mi preferida porque al nacer tú, tu madre murió, y por ello he volcado toda mi ternura en tu persona.
  • Da lo mismo que seamos hombre o mujeres: todos podemos ser fuertes e inteligentes.
  • Algunos padres no tienen los hijos más maravillosos pero les quieren.
  • A veces vemos la personalidad de una persona reflejada en otra.
  • Tener un hijo o una hija no importa.
  • Un hijo o una hija tienen el mismo valor y se les quiere lo  mismo.

VAMOS A SANTOÑA



En clase comentamos la obra de teatro y se han confeccionado algunos carteles:







CARNAVALES 2011